PAU, PAZ, PEACE.
¿A quién no le viene bien un poco de paz, un minuto de tranquilidad, un hueco de evasión, un momento de inexistencia fugaz?
En esta erosión asesina y continuada que ejercemos sobre la tierra (inútilmente llamada madre) todavía hay muestras de aquello que fue, de aquello que debimos cuidar, de aquello que majestuosamente parece decir con altanería: "yo soy lo que tu desprecias a diario", al mismo tiempo que te transporta a una virtualidad exageradamente placentera.
¿Aún no hemos aprendido a cuidar el planeta?
1 comentario:
Muy bueno!
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