EL TAPIZ
Al recibir el paquete, días más tarde, lo abrió deprisa y lleno de nervios por la carga emocional que para él significaba aquel detalle. Pero inmediatamente, la decepción inundo cada uno de sus poros... Era un montón de hilos mal tejidos y nudos mal distribuidos por todas partes. Las preciosas escenas de cacería había más que verlas, imaginarlas; las hilaturas de oro sólo se adivinaban, y los colores eran un insulto al arte. Aún así, era un regalo de su mejor amigo, e intentaba valorar el esfuerzo latente en aquel símil de ¿alfombra extravagante?. Le resultaba muy difícil verlo con buenos ojos.
De repente, sin darse cuenta, dio la vuelta al tapiz, posiblemente para evitar el sufrimiento a sus pensamientos. Y entonces quedo admirado por el derroche de belleza.... Lo había estado mirando al revés. Ahora aparecieron los riquísimos matices de colores, las bellísimas escenas de cacería, los espléndidos encajes bordados en oro, y al mismo tiempo, el brillo de la amistad. Su amigo se había quedado corto con sus elogios.... Y él con su confianza.
Aveces hay que saber mirar para poder ver. No siempre debemos fiarnos de nuestros ojos porque puede haber ante nosotros un cristal, que aunque transparente, desfigure la verdadera realidad.
1 comentario:
Un amigo es una casa cuyas puertas están siempre abiertas, es la roca firme contra la desesperanza, aquel que no contabiliza su tiempo, porque todo su tiempo es tuyo, el que renueva tu espíritu con el consejo que necesitas, convierte tu tristeza en alegría y es como el rumor al rió y el color amarillo para los jacintos que están inexorablemente unidos, y es por ello que siempre estará junto a ti, sin cobrarte por eso.
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